MENSAJE DEL HERMANO MAYOR



Queridos hermanos y hermanas, a Jesús por María.

De nuevo me dirijo a todos vosotros para hacer un breve balance de este tiempo que hemos vivido intensamente. Este año la Cuaresma dejó una importante novedad en la Hermandad, como fue la subida solemne del Santísimo Cristo del Amor a su paso. El recogimiento del acto, así como el cúmulo de sensaciones que ofreció, nos hace sentirnos satisfechos y alentados para seguir celebrándolo en años sucesivos.

El hecho de no haber podido llevar a cabo la estación de penitencia frustró el estreno en la calle de los nuevos y magníficos respiraderos del paso de palio, pero sobre todo frustró el deseo de toda la Hermandad de procesionar por nuestras calles. No podemos luchar contra imponderables como la lluvia, pero ello no puede hacernos caer en el desánimo; nuestra Hermandad vive todo el año, y os invito a aprovechar las muchas oportunidades de convivencia que ofrece.

Como es sabido, el cuerpo de nazarenos fue organizado en la Casa Hermandad, desde donde se trasladó hasta la iglesia minutos antes de la hora indicada para la estación de penitencia. Esta medida se decidió ante la premura y el agobio con que se tuvo que organizar la Cofradía en 2018 debido a que los Oficios del Viernes Santo terminaron casi cuando estaban accediendo al templo los primeros nazarenos. La prueba ha sido exitosa y a buen seguro nos permitirá tomar en el futuro otras decisiones que entendemos pueden beneficiar a nuestra Cofradía.

Otra experiencia a mantener fue el rezo del Ángelus ante Nuestra Señora de los Dolores en la mañana del Jueves Santo, con los pasos ya exornados. La cantidad de hermanos que acudieron invita a mantener este acto en lo que debe ser una bonita mañana de hermandad.

Desgraciadamente, un año más tengo que referirme a un problema que venimos arrastrando desde hace unos años, cual es el de la pérdida de nazarenos. Este año han sido unos quince respecto a 2018. La Junta de Gobierno está convencida de que este hecho se debe no a una sino a varias causas, pero también está decidida a tomar medidas efectivas que animen y ayuden a los hermanos a hacer la estación de penitencia. Quieran Dios y la su bendita Madre que para el próximo año vuelvan a vestir el hábito hermanos/as que lo están dejando guardado en el ropero.

Termino mostrando mi agradecimiento a nuestro Párroco, D. José Ángel, por las muchas facilidades mostradas en este tiempo; a los hermanos nazarenos y acólitos, por la paciencia y espíritu de colaboración que mostraron el Viernes Santo; a capataces y costaleros, por su compromiso y el magnífico trabajo realizado, aunque no pudiera lucir por las calles; a cuantos volvieron a hacer posible con su esfuerzo la magnífica jornada de convivencia del Domingo de Resurrección; y, en definitiva, a tantos hermanos y visueños que han mostrado su fervor hacia nuestros Titulares y su solidaridad por la suspensión de la estación de penitencia.

Un fuerte abrazo a todos y feliz Pascua de Resurrección.

Juan Guillermo Bonilla Jiménez





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