Nuestra Señora de
los Dolores luce ya enlutada de cara al mes de los difuntos. Cabe destacar el
estreno del manto, en terciopelo negro con agremán perimetral realizado en hilo
de oro aproximadamente a finales del siglo XIX, y en el que es también de
destacar el forro en blanco, lo que realza la silueta y la saya que porta la
Señora, que no es otra que la que estrenó en su histórica visita al Cementerio
de San Francisco. Este manto ha sido donación de un devoto. Estrena igualmente
estola de encaje en color beige a modo de rostrillo, donación de Manuel
Marchena. Completan el conjunto cinturilla, broche y rosario de azabache, así
como la corona que estrenó hace unos años y que rememora la perdida en 1936.
Vaya desde aquí el profundo
agradecimiento de la Hermandad a los donantes, que con su gesto han contribuido
a engrandecer el ya de por si apreciable ajuar de la Virgen de los Dolores.
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